miércoles, 29 de junio de 2011

FIESTA SILENCIOSA

Hay términos que por mucho que avancen las nuevas tecnologías no terminan de casar. Como fiesta + silencio. En el barrio madrileño de Chueca, la celebración del Orgullo Gay comenzará esta noche con un concierto silencioso que cada persona podrá seguir de forma individual a través de unos auriculares. Patético. Lo primero, a un concierto no se va sólo a escuchar música, sino a compartir con la gente de alrededor risas, bailes y miles de anécdotas. Lo segundo, esto no es más que una muestra de que las nuevas tecnologías nos alejan del contacto cara a cara con el resto de personas.





Todo eso por no hacer ruido, por no molestar. Será que con los años nos hemos vuelto más delicados, ya que cuando no había discotecas (perdón por el arcaísmo, ahora se llaman "salas") las fiestas se hacían en la calle y se llamaban verbenas. Tampoco hay que remontarse tanto en el tiempo, ya que aún recuerdo las fiestas que se celebraban en mi barrio con la llegada del verano. Música, actuaciones, atracciones de feria, gente, comida que en casa no sabe igual...Todo debajo de mi balcón y sobreviví a ello, no me paso nada, no perdí audición, al contrario es uno de los mejores recuerdos de mi infancia.

Por lo general, ese tipo de fiestas sólo ocupan unos días al año y me dan pena que se terminen perdiendo por un grupo de vecinos amargados e incapaces de sacrificar una noche de sueño al año por el disfrute de los demás.

Ahora son los auriculares, ¿qué será lo próximo? ¿Sustituir los conciertos y fiestas al aire libre por quedadas en Facebook, Tuenti o Twitter? ¡No, por Dios! ya da bastante pena ver a los adolescentes intercambiándose su nombre en redes sociales entre ellos para ligar en internet en lugar de hacerlo cara a cara. Hay cosas que no deberían perderse nunca.


Noticia relacionada en El País.

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