viernes, 7 de octubre de 2011

MUJERES AL PODER

Llego con retraso, lo sé. Pero no fue hasta ayer que me enteré de la existencia de una fotografía de Mariano Rajoy con cinco empresarios. Cuatro hombres y una mujer. La paridad no existe. Ya por ahí vamos mal, pero para más inri la única mujer que aparece en la instantánea sostiene un bizcocho, mientras que los hombres llevan aparatos tecnológicos o maquetas. Que no se moleste nadie, pero pienso que es una estrategia más. ¿Para qué? para invisibilizar las posibilidades de una mujer en el ámbito laboral porque los hombres tienen miedo.Saben que somos mejores que ellos en el trabajo.

Es verdad que si leemos el texto que acompaña a la fotografía (el reportaje "El futuro de España", publicado en La Razón), se justifica que la mujer, María Navascués, porte el bizcocho: tiene una pastelería. Perfecto, pero creo que hay mujeres trabajadoras en otros muchos sectores, no creo que ese sea el más representativo. ¿Por qué no han puesto entonces a un hombre con una llave inglesa puesto que hay muchos mecánicos? Claro, queda más glamuroso verlos enchaquetados y engominados. Además, esta chica resulta que es arquitecta y que como no encontraba trabajo de lo suyo, montó un obrador de pastelería creativa. Es una opción tan digna como cualquier otra, yo misma no descarto algún día trabajar en un taller de manualidades en lugar de en el periodismo, pero ¿alguien ha reflexionado sobre por qué no encontró trabajo como arquitecta?


Yo no conozco a María, pero una de las hipótesis que se me vienen a la cabeza es que aunque afortunadamente la mujer está plenamente incorporada al mercado laboral, los jefes siguen siendo hombres. Bien porque son más mayores y llevan más tiempo en la empresa que las féminas o bien porque éstas terminan renunciando a los altos puestos cuando el reloj biológico empieza a repicar tan fuerte como las campanas de una iglesia.


Pero ¿sabéis qué es lo peor? que en muchas ocasiones son las mujeres las que sacamos las castañas del fuego a los empresarios. No digo que no haya trabajadores válidos, que lógicamente los hay y muchos, pero nadie me puede negar que las mujeres no somos más capaces de llevar varios asuntos al mismo tiempo. En el trabajo, hacemos mil funciones a la vez, sin olvidar todas las obligaciones que tenemos en casa y sin permitir que éstas afecten a nuestro rendimiento. Mujer trabajadora, por partida doble. O triple.


Los empresarios siguen teniendo a su favor un arma muy potente. Mientras sigan sin hacer posible que una mujer compagine sus labores como trabajadora y madre (por mucho que los padres colaboren cada vez más, una madre es una madre), no podremos estar al mismo nivel. Y, no es por nada, creo que las cosas irían mucho mejor en el mundo si las mujeres tuviésemos el poder. No hay más que ver como un ama de casa estira el presupuesto familiar para llegar a final de mes. Otro gallo nos cantaría.


Noticias relacionadas en La Razón.

miércoles, 5 de octubre de 2011

CON LA BUROCRACIA HEMOS TOPADO

Por fin tengo mi informe de vida laboral actualizado entre mis manos. Me ha costado tanto conseguirlo que me debato entre ponerme a llorar de la emoción o enmarcarlo para colgarlo en la pared de mi cuarto. No es que sea la primera vez que tengo una vida laboral (la recibí por primera vez la primera vez que coticé a la Seguridad Social, allá por el año 2011) y por eso me hace ilusión recibirla. Para entender el por qué de mi emoción, relataré el periplo burocrático que he pasado para conseguirla.



Lunes 3 de Octubre, 15.30 horas:

Me entero de que para un trámite que he de formalizar el jueves por la mañana, tengo que entregar un informe de vida laboral actualizado. A esas horas, era imposible hacer ya nada ese día. De todas formas, no tenía por qué preocuparme. A veces familiares míos habían necesitado conseguir ese documento y se lo habían dado en el mismo momento en una oficina de la Tesorería General de la Seguridad Social.

Martes 4 de Octubre, 10.30 horas:

Ilusa de mí, me presento en la oficina de la Seguridad Social más cercana a mi casa y mi pido mi vida laboral actualizada. Cual fue mi sorpresa, que en lugar de dármela, me entregan un resguardo en el que me dicen que me la enviarán a casa por correo ordinario. Si en nueve días hábiles no me ha llegado, puedo reclamar e ir al día siguiente a recogerla a la oficina. Viendo que más de uno hacía cola para recoger la vida laboral que no le había llegado por correo y con las prisas de que la necesito para el jueves, pregunto: "¿No hay forma de conseguir el informe ah9ora mismo?". La funcionaria de turno me mira como si le hubiese pedido que resolviera una ecuación con mil incógnictas, sin calculadora y en menos de un minuto. "Si tienes el DNI electrónico y el PIN te lo puedes levar ahora mismo, ahí fuera hay una máquina donde la puedes ver e imprimir", me dice, finalmente.

Pues nada, me siento en esa "máquina" misteriosa a la que se refería la funcionaria y que no era más que un ordenador convencional conectado a una impresora, u teclado y un ratón. Si viniera a mi casa y viese que además tengo enchufados al pc dos altavoces, un scanner, un disco duro externo, un lector de tarjetas y un multiplicador de USB, seguramente se echaría las manos a la cabeza y pensaría que tengo una "supermáquina" en la que puedo hacer hasta viajes astrales. Perdón, que me desvío del tema. Me siento en el ordenador, inicio sesión y cuando intento entrar en el web de la Seguridad Social (el único icono que había en el escritorio), me dice que no tengo los suficientes privilegios. Miro a mi alrededor y no hya nadie para ayudarme. Voy en busca de la funcionaria que me atendió antes. Tampoco supo arreglar la "máquina" y me invitó a regresar más tarde o ir a cualquiera de las otras dos oficinas de la Seguridad Social que existen en Málaga.

Martes 4 de cotubre, 12.00 horas:

Tras coger el autobús, llego a otra oficina de la Seguridad Social. Me voy directa al ordenador con lector de DNI electrónico. Estaba apagado, así que me temí que estuviese averiado. Le pregunto a un funcionario y, mucho más amable y atento que la anterior, me lo enciende y se pone el mismo a solicitarme el informe de vida laboral. El sistema me pide el PIN de mi DNI electrónico. Con suerte, logro recordar el que le puse hace cuatro años, cuando me lo saqué. En el último paso del trámite, el ordenador pierde la conexión a internet. "Vuelve en un rato y lo intentas de nuevo, me dice el funcionario".

Martes 4 de octubre, 13.00 horas:

Allí estaba yo otra vez, pero esta vez no estaba sola. Junto al ordenador había una chica. Era la quinta vez que se encontraba en la oficina para pedir la vida laboral en el momento. En una hora s ele agotaba el plazo para entregarla junto a otros documentos para realizar un trámite. Había tenido que pedir un cambio de turno en su trabajo cinco días para hacerse con una vida laboral que no le terminaba de llegar porque la conexión a internet del ordenador iba cada vez más lenta y daba cada vez más errores.

Terminó por atendernos a las dos el director de la oficina. Un funcionario de los que ya no quedan. Es cierto que decir que todos los funcionarios son unos ineptos es como afirmar que todos los periodistas somos unos manipuladores de la información, pero la verdad es que la inmensa mayoría de los trabajadores públicos no rebosan ganas de trabajar por sus poros. En fin, que el director de la oficina y dos funcionarios más nos estuvieron atendidendo a las dos e intentando solucionar el problema. Y, digo yo, supongo que ya no dan la vida laboral en el mismo momento para ahorrarse colas, pero ¿no es peor que tras fucionarios pierdan una hora en atender a dos personas?

Y encima luego dicen que la implantación del DNI electrónico no termina de cuajar. Qu aunque España es líder del mundo en usuarios con este documento, los ciudadanos no lo utilizan porque no saben para qué sirve ni cómo se usa. Pero, ¿alguien les ha enseñado? Sin la formación adecuada, no creo que tenga tantos moños como se le pone. De hecho, al final no pude conseguir la vida laboral con el DNI electrónico porque tenía caducado el certificado digital (que no el DNI; que me caduca en 2013) desde el mes de mayo. Pero nadie me avisó de que debía renovarlo.

Miércoles 5 de octubre, 10.30 horas:

En fin, al final, el director de la oficia se ha apiadado de mí y hoy me ha dado mi informe de vida laboral actualizado, después de pedirlo ayer. Me lo ha dado con la condición de que fuese a la Comisaría Provincial de Policía y renovara mi certificado digital para que no me pase lo mismo la próxima vez. He cumplido y lo he renovado en menos de cinco minutos. Espero que la Administración también cumpla y elimine tanta burocracia.

Noticias relacionadas en: Expansión y Xornal de Galicia.

lunes, 3 de octubre de 2011

LAMENTARSE O VIVIR

Perdón por no avisar, pero tuve que "cerrar" el blog durante los tres últimos meses. Y no piensen que fue por vacaciones. Todo lo contrario. Los dos primeros meses lo cerré por trabajo. Mis impulsos por escribir ya estaban satisfechos y se transformaban en un pequeño o gran espacio del periódico de cada día. El mes siguiente, septiembre, podría haber seguido escribiendo, pero lo empleé en reponerme mentalmente del palo que supone verme en la cola del paro por enésima vez.


Si durante el recién acabado mes de septiembre hubiese escrito en el blog, éste se hubiera convertido en un auténtico muro de las lamentaciones. De mis propias lamentaciones. "No tengo trabajo", luego "No tengo dinero", luego "No puedo comprarme un coche en sustitución del mío, que tiene 13 años y está todo el día en el taller", "Ni puedo comprarme una Blackberry blanca con conexión a internet", etc.


Tonterías. Me ha costado, pero me he dado cuenta de que lamentarse es perder el tiempo y el tiempo es lo más valioso que tenemos. Le damos demasiada importancia a lo material. Cierto es que obtener dinero no es lo único que importa del trabajo (mi experiencia como becaria lo demuestra), también está todo eso de sentirse realizado y valorado. Sin embargo, todos caemos alguna vez en el error de darle demasiada importancia a los euros, que, sin duda, no son sinónimo de la felicidad cuando se tienen las necesidades más elementales cubiertas. Deberíamos aprender de los niños, que viven ajenos de problemas laborales y económicos. Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, un 85% de los niños españoles aseguran ser felices


La felicidad está en otras cosas que nada tienen que ver con el vil metal. Cada uno la encuentra en sitios diferentes, pero suelen coincidir con la compañía de otras personas que nos hacen la vida más agradable o con el empleo de nuestro tiempo en actividades que nos divierten y que no tienen por qué costarnos un duro. Y si se combinan ambas cosas, el resultado ya puede ser maravilloso.


Pienso que todas esas cosas nos acompañarán siempre. El dinero, se quedará en los bancos o en las huchas. No vendrá con nosotros al más allá y tampoco creo que allí nos haga mucha falta. Por eso, cuando llegue mi hora, no me gustaría arrepentirme de todo el tiempo que perdí en lamentarme de lo que no tenía en lugar de disfrutar de lo mucho que tenía. Carpe diem.


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