miércoles, 5 de octubre de 2011

CON LA BUROCRACIA HEMOS TOPADO

Por fin tengo mi informe de vida laboral actualizado entre mis manos. Me ha costado tanto conseguirlo que me debato entre ponerme a llorar de la emoción o enmarcarlo para colgarlo en la pared de mi cuarto. No es que sea la primera vez que tengo una vida laboral (la recibí por primera vez la primera vez que coticé a la Seguridad Social, allá por el año 2011) y por eso me hace ilusión recibirla. Para entender el por qué de mi emoción, relataré el periplo burocrático que he pasado para conseguirla.



Lunes 3 de Octubre, 15.30 horas:

Me entero de que para un trámite que he de formalizar el jueves por la mañana, tengo que entregar un informe de vida laboral actualizado. A esas horas, era imposible hacer ya nada ese día. De todas formas, no tenía por qué preocuparme. A veces familiares míos habían necesitado conseguir ese documento y se lo habían dado en el mismo momento en una oficina de la Tesorería General de la Seguridad Social.

Martes 4 de Octubre, 10.30 horas:

Ilusa de mí, me presento en la oficina de la Seguridad Social más cercana a mi casa y mi pido mi vida laboral actualizada. Cual fue mi sorpresa, que en lugar de dármela, me entregan un resguardo en el que me dicen que me la enviarán a casa por correo ordinario. Si en nueve días hábiles no me ha llegado, puedo reclamar e ir al día siguiente a recogerla a la oficina. Viendo que más de uno hacía cola para recoger la vida laboral que no le había llegado por correo y con las prisas de que la necesito para el jueves, pregunto: "¿No hay forma de conseguir el informe ah9ora mismo?". La funcionaria de turno me mira como si le hubiese pedido que resolviera una ecuación con mil incógnictas, sin calculadora y en menos de un minuto. "Si tienes el DNI electrónico y el PIN te lo puedes levar ahora mismo, ahí fuera hay una máquina donde la puedes ver e imprimir", me dice, finalmente.

Pues nada, me siento en esa "máquina" misteriosa a la que se refería la funcionaria y que no era más que un ordenador convencional conectado a una impresora, u teclado y un ratón. Si viniera a mi casa y viese que además tengo enchufados al pc dos altavoces, un scanner, un disco duro externo, un lector de tarjetas y un multiplicador de USB, seguramente se echaría las manos a la cabeza y pensaría que tengo una "supermáquina" en la que puedo hacer hasta viajes astrales. Perdón, que me desvío del tema. Me siento en el ordenador, inicio sesión y cuando intento entrar en el web de la Seguridad Social (el único icono que había en el escritorio), me dice que no tengo los suficientes privilegios. Miro a mi alrededor y no hya nadie para ayudarme. Voy en busca de la funcionaria que me atendió antes. Tampoco supo arreglar la "máquina" y me invitó a regresar más tarde o ir a cualquiera de las otras dos oficinas de la Seguridad Social que existen en Málaga.

Martes 4 de cotubre, 12.00 horas:

Tras coger el autobús, llego a otra oficina de la Seguridad Social. Me voy directa al ordenador con lector de DNI electrónico. Estaba apagado, así que me temí que estuviese averiado. Le pregunto a un funcionario y, mucho más amable y atento que la anterior, me lo enciende y se pone el mismo a solicitarme el informe de vida laboral. El sistema me pide el PIN de mi DNI electrónico. Con suerte, logro recordar el que le puse hace cuatro años, cuando me lo saqué. En el último paso del trámite, el ordenador pierde la conexión a internet. "Vuelve en un rato y lo intentas de nuevo, me dice el funcionario".

Martes 4 de octubre, 13.00 horas:

Allí estaba yo otra vez, pero esta vez no estaba sola. Junto al ordenador había una chica. Era la quinta vez que se encontraba en la oficina para pedir la vida laboral en el momento. En una hora s ele agotaba el plazo para entregarla junto a otros documentos para realizar un trámite. Había tenido que pedir un cambio de turno en su trabajo cinco días para hacerse con una vida laboral que no le terminaba de llegar porque la conexión a internet del ordenador iba cada vez más lenta y daba cada vez más errores.

Terminó por atendernos a las dos el director de la oficina. Un funcionario de los que ya no quedan. Es cierto que decir que todos los funcionarios son unos ineptos es como afirmar que todos los periodistas somos unos manipuladores de la información, pero la verdad es que la inmensa mayoría de los trabajadores públicos no rebosan ganas de trabajar por sus poros. En fin, que el director de la oficina y dos funcionarios más nos estuvieron atendidendo a las dos e intentando solucionar el problema. Y, digo yo, supongo que ya no dan la vida laboral en el mismo momento para ahorrarse colas, pero ¿no es peor que tras fucionarios pierdan una hora en atender a dos personas?

Y encima luego dicen que la implantación del DNI electrónico no termina de cuajar. Qu aunque España es líder del mundo en usuarios con este documento, los ciudadanos no lo utilizan porque no saben para qué sirve ni cómo se usa. Pero, ¿alguien les ha enseñado? Sin la formación adecuada, no creo que tenga tantos moños como se le pone. De hecho, al final no pude conseguir la vida laboral con el DNI electrónico porque tenía caducado el certificado digital (que no el DNI; que me caduca en 2013) desde el mes de mayo. Pero nadie me avisó de que debía renovarlo.

Miércoles 5 de octubre, 10.30 horas:

En fin, al final, el director de la oficia se ha apiadado de mí y hoy me ha dado mi informe de vida laboral actualizado, después de pedirlo ayer. Me lo ha dado con la condición de que fuese a la Comisaría Provincial de Policía y renovara mi certificado digital para que no me pase lo mismo la próxima vez. He cumplido y lo he renovado en menos de cinco minutos. Espero que la Administración también cumpla y elimine tanta burocracia.

Noticias relacionadas en: Expansión y Xornal de Galicia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario